La cantidad de horas sobre los escenarios, los premios recibidos, los trabajos para televisión o cine, son abales de la fuerza, la potencia, de estos gigantes de la escena inglesa. Ver cualquiera de las últimas interpretaciones de cualquiera de los dos, tanto para el cine como para la televisión, es asistir a una clase de interpretación, de dominio corporal y de perfección vocal. Evidentemente debe ser en versión original (subtitulada o no).
Hace muchos años que ambos son amigos, desde que se conocieron en la RSC, pero hacía mucho tiempo que no tabajaban juntos en el escenario (la saga X-Men ya los unía en las pantallas). Hasta que surgió la oportunidad de hacer "Esperando a Godot" y no se lo pensaron mucho.
"Esperando a Godot" es una obra inclasificable, sin argumento lógico que poder contar, sin acción ninguna que poder recordar, pero es una obra donde llorar y reír, y después preguntarte porqué lo has hecho, es normal y signo de buen montaje. Y, por la misma razón, es una obra que mal escenificada dan ganas de rajarse el estómago uno mismo y descuartizar tus propias tripas para acabar con el dolor (no se me ocurre ninguna imagen mejor, ¡qué pasa!).
Este no es el caso de McKellen y Stewart. Desde el momento en que apareció McKellen, en su papel de Estragón, hasta la última interpelación de Stewart, como Vladimir, para irse, fueron 2 horas y media de risas y lágrimas, de lecciones teatrales, de hombres hechos gigantes por el poder del arte.
Es difícil, para mí, precisar si he visto alguna interpretación sobre el escenario mejores que esas. He visto a El Brujo haciendo el Lazarillo de Tormes o a la Sardá haciendo cualquier-cosa-que-quiera-hacer (L'Hostal de la Glòria o Terra baixa, por ejemplo), que también son grandes interpretaciones. Pero hay una cosa que diferencia a McKellen y Stewart del resto: no parecía que estuvieran haciendo ninguna gran interpretación. En realidad, lo que parecía era que no estaban, ni siquiera, interpretando.
Ciertamente, era una superproducción. Fue un espectáculo con un escenario muy realista (la escena representaba el recodo de un camino donde hay un árbol, esmirriado y sin hojas, al cual le brotan unas hojitas verbes en el segundo acto), los cuatro actores eran de renombre (McKellen, Stewart, Simon Callow -4 bodas y un funeral- y Ronald Pickup -Prince of Persia: Las arenas del tiempo, por estrenar-), el director es uno de los más importantes del teatro inglés (Sean Mathias),... y todo eso implica dinero. Pero aún así, lo único perceptible fue la voluntad de explicar una historia, no hacer grandes interpretaciones, no tener yo más líneas que tú en el guión, ni adelantar un paso para que se me vea más que a ti (es triste pero yo he visto a gente hacer este tipo de cosas para destacar por encima de los compañeros en el escenario). Simplemente, una historia. Y ahí radicó su belleza y su perfección.
La crítica inglesa lo calificó como "Una obra que sólo se ve una vez en la vida" o "Lo-que-usted-debería-ver-esta-temporada". No exageraron.
Web de la obra: www.waitingforgodottheplay.com
Web Ian McKellen: www.mckellen.com
Web Patrick Stewart: www.patrickstewart.org
Se puede disfrutar, on-line y gratis, de otra gran interpretación de Ian McKellen en "El rey Lear", sobre una producción de la RSC. La dirección es: http://www.pbs.org/wnet/gperf/episodes/king-lear/watch-the-play/487/.
No hay comentarios:
Publicar un comentario